Siempre doy gracias a Dios por mis amigos, esos ángeles que Dios ha enviado a mi vida para tener momentos agradables y apoyarme en los difíciles, es por esto que conozco al Padre Arnoby, un sacerdote colombiano, como dice él: “bien bacano”; pues te cuento que fui visitarlo a Bogotá y allá, mientras él celebraba misa en su parroquia, don Nicasio con mucho carisma me contó la historia de un Cristo “blanco” que se hizo “negro” para poder recibir a todos sus hijos.
Fíjate que don Nicasio me contó que hace como 300 años en una ciudad y para ser más precisos también en la iglesia, se prohibía que los indígenas y mulatos entraran a rezar al mismo templo porque, desde luego, los ricos, los hacendados no querían ser molestados, además de que eran muy racistas, cuando los indígenas y mulatos querían entrar a la iglesia para hacer sus oraciones delante de un muy milagroso Cristo que estaba allí adentro, simplemente no los dejaban pasar y les decían: “aquí ustedes no pueden rezar, vayan a la capilla que les corresponde” (que era la capilla conocida como “de negros” que habían construido afuera de aquel poblado); pero siempre hay gente muy inteligente y los mulatos lo eran, así es que ellos siempre encontraban la manera de colarse para ponerse de rodillas delante de aquel Cristo bueno; cuando los cachaban eran retirados de la iglesia, pero ellos no se rendían, al contrario los indígenas siempre luchaban para verlo… estar de rodillas delante de Él; gracias a Dios nunca hubo accidentes ni mucho menos hubo problemas, a pesar de que los indígenas iban, se metían y allí rezaban siempre los expulsaban hasta cierto punto con cierta educación.
Pero lo más bonito estaba a punto de acontecer, cuentan que había un mulato que se llamaba Anuar, decían que era muy testarudo pero muy alegre; un día, lamentablemente, su esposa se le puso muy enferma, él la amaba muchísimo y no quería que le pasara nada a su esposa, él quería pedirle justamente a aquel Cristo, delante de aquella iglesia, que le devolviera la salud a su esposa y no lo dejaban entrar, pues era domingo y los “amos” estaban adentro, así que, él se armó de valor y entró, se puso hasta adelante y se arrodilló, trató de no hacer ruido, solo rezar y rezar, pero justamente en ese momento la esposa del capataz se percató y llamó con una mirada inquisitoria al sacristán y le dijo: “Mira como apesta ese, si no lo sacas ahora no habrá diezmo esta semana”, así que que ese servidor de inmediato se puso rojo de coraje y fue a sacar a Andar diciéndole: “Este no es tu lugar, aquí tú no perteneces, solamente estamos personas blancas, tú tienes que ir a tu capilla” y además enfatizó: “No miras acaso tu color de piel, compárate con el color de la piel de este bello Cristo, ¿Eres acaso igual que Él? Verdad que no, así que lárgate…” En ese momento él mulato empezó a llorar, no por lo que le estaban diciendo, sino porque sabía que si no le rezaba más a ese milagroso Cristo probablemente su esposa moriría…
Pero qué más hacer… sabía que si no se marchaba el capataz lo castigaría, así es que antes de irse levantó la mirada para ver al Cristo y allí fue cuando sucedió el gran milagro, Anuar quedó perplejo, no podía creer lo que estaba viendo, hasta se talló los ojos, por si las dudas, y no pudo más que gritar: “Pues mire, me parece que mi Cristo sí es negrito, mírelo usted mismo”, el sacristán y todos los “blanquitos” que estaban en misa quedaron atónitos, y cayeron de rodillas, aquel Cristo tan blanco y con ojos verdes que los conquistadores habían traído desde Galicia, España, ahora era un Cristo indígena, un Cristo Negro. Todos calleron de rodillas, pidieron perdón y delante de Anuar y sus hermanos indígenas y mulatos…
“Y creerá padre Sergio -me dijo Nicasio-, que no sólo el Cristo se puso negro, sino que todos los enfermos de allá quedaron sanos, pero lo más bueno era que el corazón de aquellos ricos se pintó un poco de color y dicen que las cosas ya no fueron como antes, pero eso sí, el Cristo sigue estando negrito para recordarnos que Él a todos nos quiere por igual”.
Y para terminar don Nicasio con esa sonrisota que todavía tengo en la mente me dijo: “Y que cree que ese mismo día todos aquellos blancos y ricos dijeron: ‘No cabe duda que Cristo se ha hecho negro para que todos ustedes puedan entrar, bienvenidos…’”
Wow es lo único que puedo decir, Cristo es fantástico, gracias don Nicasio, gracias Padre Arnoby por dejarme platicando con él.
Padre Sergio
Muy bella historia, tremendo mensaje. Dios nos quiere a todos por igual. Dios nunca divide ni desprecia, más el ser humano si lo hace. Todos somos iguales delante de los ojos de Dios. Dios lo bendiga Padre Sergio. Gracias por compartir esta historia ????????
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Gracias Padrecito, qué maravilloso es Dios, siempre se manifiesta con mensajes de amor hacia nosotros,. Yo siempre creo que su Amor es la mejor prueba de creer en el y que el mayor milagro es haberse entregado hasta la muerte por nosotros y por su Resurrección nos ha transformado para resucitar con El y Jesús sigue haciendo milagros con los más pequeños. Y pobres a quienes ama con Predilección. Padre Sergio, usted es uno de ellos.
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Mañana, 23 de ,Agosto, fecha Memorable y Grandiosa, de una Acción de Gracias A Dios por haberse hecho realidad el gran sueño del Padre Sergio : 7 Años de su Consagración al Señor en su Ordenación Sacerdotal. Muy unida a usted Padrecito Sergio, ? cómo dar Gracias al Señor?…Felicidades.
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Todos somos iguales a los ojos De Dios no importa el color, lengua, raza, nación. Todos merecen ser tratados con el mismo amor respeto y dignidad
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